Leo un estudio de la doctora Dweck de la universidad de Stanford sobre motivación que me anima mucho en el trabajo educativo. Comparto con vosotros estos resultados.
El 90 % de los alumnos que son elogiados por su capacidad de esfuerzo eligen tareas más difíciles que los que son admirados por sus capacidades intelectuales. De nuevo algo que ya sabemos: cuando uno enfoca los resultados en opciones de cambio como el esfuerzo, mejorará mucho más y confiará más en sus posibilidades; en cambio una persona valorada por sus capacidades intelectuales no querrá defraudar y tenderá a no arriesgar su estatus.
Por tanto estemos orgullosos del esfuerzo de nuestros alumnos y que ellos lo sepan ("no basta amar").
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