Comienzo una nueva etapa laboral en el colegio salesiano de Pizarrales, en Salamanca.
Este 2012 está siendo un año de decisiones importantes y eso supone cambios a nivel personal y profesional. Avanzar implica renunciar a formas aprendidas de hacer y a comodidades.
Han sido años muy satisfactorios en el colegio de Arévalo, mi casa salesiana a la que siempre estaré unido necesariamente. He aprendido a ser orientador, maestro y educador. Los diez años de experiencias, rostros y relaciones en esta casa no los podré olvidar nunca.
Gracias y a por todas.
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