Tenemos una vida que transcurre demasiado deprisa como para gastarla en correr, ir tirando, tener para ser igual que los demás, poner nuestra mirada sólo en lo que nos diferencia, en vez de en lo que nos une, o vivir sólo para quejarse o para trabajar. Vivir es un arte y mi obra de arte es mi vida, yo elijo cómo vivirla y no puedo echar la culpa a nadie de que no viva mejor. Yo puedo hoy comenzar de nuevo, como página en blanco, cada día, intentando llenarlo de lo mejor de mi, siendo un regalo para los otros, contando las cosas buenas de la gente, tratando a los otros como me gusta que lo hagan conmigo y frenando críticas, malos rollos, rigideces, normas y maneras de vivir que nos uniformizan a todos pero que no nos hacen felices ni más personas.
Mari Patxi Ayerra
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