Entusiasmo significa etimológicamente "poseído por Dios", esta idea de que cuando nos dejamos llevar por el entusiasmo es Dios el que entra en nosotros y se sirve de nuestra persona para manifestarse, como les ocurría —decían los griegos— a los poetas, los profetas y los enamorados, me ha gustado mucho. Estar poseídos por la divinidad les hacía merecer respeto y admiración, llegaban a alturas que no podían ni siquiera vislumbrar las personas vulgares.
Pues a entusiasmarse entonces...
¡feliz verano!